¡Hola, luces brillantes de la fotografía! Bienvenidos a otro post en el blog de Vagalume, su faro confiable de consejos fotográficos y bocados de sabiduría. Hoy, vamos a meditar sobre la importancia del postprocesado en la fotografía moderna y a desmitificar todo lo que necesitas saber para transformar una foto buena en una simplemente estupenda.
No importa si eres un veterano de la fotografía o si acabas de empezar en este apasionante mundo, probablemente habrás oído hablar de términos como Lightroom, Photoshop, o simplemente edición y postprocesado. ¡Y de eso vamos a hablaris hoy!
La fotografía moderna, queridos amigos, ya no consta solamente del acto de hacer clic en el obturador de la cámara. No, no, no. El arte ahora se divide en dos: el proceso de captura y el proceso de postprocesado. En una sencilla analogía, si la captura es el acto de preparar los ingredientes para una comida, el postprocesado sería el acto de cocinarlos y presentarlos para que sean deliciosos y atractivos.
Imagínate que estás en el safari del Serengeti con tu cámara en mano, capturando la majestuosidad de la naturaleza. Sin embargo, tus fotos no te parecen tan vibrantes y magníficas como la realidad que tienes delante. Aquí es donde entra nuestro gran aliado: el postprocesado. Al ajustar el contraste, la saturación, el balance de blancos y otras muchas opciones, esas fotos sacarán los colores y la majestuosidad que tus ojos vieron.
El postprocesado también te permite eliminar esas impurezas y distracciones no deseadas, ¿sabes aquel fotobomber inesperado o esa mancha de polvo en el lente que arruinó tu foto perfecta? ¡Pues ahora lo puedes arreglar con el postprocesado!
Hagamos un alto en el camino y hablemos de los puristas. Algunos de vosotros podríais argumentar que la intervención de la fotografía después de la captura viola la esencia de la fotografía. Hablemos de ello. ¿No es corregir las imperfecciones y mejorar la presentación sólo otra forma de arte en sí misma? Ahí lo dejo para vuestra consideración.
Compañeros fotógrafos, madrugar por esos amaneceres dorados o pasar horas esperando el momento perfecto, vale la pena, y ninguno de nosotros querría ver ese esfuerzo desperdiciado. Este, mis queridos amigos, es el poder del postprocesado y su impacto en la fotografía moderna. El postprocesado da a nuestras creaciones visuales un nuevo nivel de profundidad y nos permite presentar nuestro trabajo de la mejor manera posible.
En resumidas cuentas, chicos y chicas del objetivo, la fotografía moderna requiere una camiseta manchada de barro, una paciencia de acero y la varita mágica del postprocesado. Así que, para concluir, prefiero pensar en el postprocesado como nuestro pequeño superpoder secreto que se guarda en la bolsa de la cámara, lista para ser desatado cuando sea necesario.
Y eso es todo por hoy, amigos de la fotografía. Mantengan esos lentes enfocados y esas manos listas para postprocesar. Hasta la próxima, y recuerden, ¡la clave está en la captura Y en el postprocesado!